CONCURSO DE REDACCIÓN AMPA

Os voy a contar un cuento que se ha ido contando de personas en persona:






Érase una vez un matrimonio con dos hijos, un niño y una niña. Un día el niño fue al campo a llevarle la comida a sus padres, cuando vino del campo, ya era muy tarde, todos estaban acostados, menos el hijo, que no sabía donde dormir. En ese momento la madre se levantó de la cama y le dijo al hijo:
-¿Periquillo, no piensas acostarte hoy?-.
-No madre, no es eso, es que no se donde dormir- dijo Periquillo.
-Pues duerme en tu cama, que para eso la tienes...- le respondió la madre.
- ¡Pero es que tengo miedo a caer y hacerme daño!- dijo el niño reprochando.
- Pues duerme en la escalera-.
- Claro, ¡para que ruede y me rompa la cabeza!
- Pues duerme en la artesa, que allí es muy seguro y no te caes-.
El niño por fin se durmió, pero la madre después de una noche sin dormir nada, le tiró una olla llena de agua hirviendo a la cara y lo mató, lo partió en varios trozos e hizo un guiso con él. La madre cuando terminó de guisar a su hijo mandó a su hija a que le llevase el guiso a su padre que estaba en el campo, el padre extrañado preguntó:
- ¿De qué es esta carne?-.
-Pues no lo sé, madre lo ha sacado de la nada, sin más- dijo la hija, sospechando de lo que hizo su madre.
-Es que está muy rico- dijo el padre chupándose los restos de la grasa de la carne que le había quedado en los dedos al coger la comida con las manos.
A la noche, aún no había venido Periquillo (el hijo asesinado) y entonces la hija se dio cuenta de lo que había sucedido, y fue corriendo a la cocina a recoger los huesos de su hermano y los colocó tal y como era su figura. Al cabo se cinco días el niño resucitó, y al día siguiente Periquillo estaba repartiendo naranjas pos las calles, su madre se acerca y le dice:
- Hijo mio, dame todas las naranjas que tengas-.
-¡No, que tu me mataste!- dice Periquillo.
Y va el padre y le dice:
- Hijo dame todas las naranjas que tengas-.
- ¡No, que tu me comiste!- dice Periquillo.
Cuando va su hermana y le dice:
- Hemanito pequeño, dame una naranja, por favor-.
- Una no te voy a dar, te las voy a dar todas, ya que tu me recogiste, me resucitaste y me salvaste.

Y ahora os voy contar unos cuantos dichos populares:













- Una rosa en un rosal
gasta mucha fantasía,
sopla el aire y la arranca
ya está la rosa perdía
sin tener quien la recoja.

-No te fíes de algunos hombres,
que aunque los veas llorar,
son como los pepinos,
amargan a temporadas.

-Mi suegra me quiere dar
una cruz para el rosario,
pero lo que no sabe es que,
con su hijo tengo,
la cruz y el calvario.

-Cuando paso por tu puerta,
echo pan y voy comiendo,
para que luego diga su madre,
que con verle me mantengo.

-La raíz de la palmera
dicen que no tiene fin
el que se casa a disgusto
¡Lo que tiene que sufrir!

ESTO ME LO HA CONTADO: EL CUENTO: UNA AMIGA DE MI ABUELA, Y LOS DICHO POPULARES, DE MI ABUELA.