Tartesos fue el primer estado organizado que se formó en la Península Ibérica hacia finales del segundo milenio antes de Cristo, y adquirió una extraordinaria personalidad política y cultura. Las primeras noticias de Tartesos nos llegan a través de la Biblia, en cuyo antiguo testamento se habla de los reyes de Tarsis, ricos en plata, hierro, estaño y plomo, que comerciaban mediante naves con Fenicia y Palestina. Los griegos sitúan en este reino al mítico rey Gerión, gigante con tres cabezas al que Hércules debió enfrentarse para robarle sus bueyes por encargo de los dioses. Pero, sobre todo, la fuente más precisa la constituye el historiador griego Herodoto, que nos narra cómo unos navegantes griegos de Samos fueron arrastrados más allá del estrecho de Gibraltar (las columnas de Hecules) por el viento de levante, y trabaron amistad con el rey Argantonio, que les dio gran cantidad de plata para construir una muralla que protegiese su ciudad de los ataques de los medos Aunque han fracasado todos los intentos de encontrar los restos de su capital, existe hoy en día abundante material arqueológico de la cultura tartesia. La mayor parte de ellos son restos que comprueban la riqueza de los tartesos. Se dice que tuvieron un reino de fabulosas riquezas desarrolladas al amparo de una rica actividad metalúrgica. Tuvieron metales como el oro, la plata, el cobre, el estaño, el plomo y otros muchos más. Se supone que los tartesos eran en esos tiempos una de las culturas más avanzadas. Antiguos historiadores griegos y romanos nos hablan de que Tartesos fue el nombre que en un pasado remoto recibió el río Betis (Guadalquivir) y describen la capital Tartesia como situada en una isla, en la desembocadura del río, aunque otros dicen que Tartesos era el antiguo nombre de Gadir (hoy Cádiz). Sabemos que sus dominios se extendían por todo el sur peninsular, hasta las proximidades de Cartagena, donde fundaron la ciudad de Mastia y en las proximidades de Malaka (Málaga) poseían una isla llamada Noctiluca. El problema reside en que estos escritores de la antigüedad dan dos localizaciones para la ciudad. Para unos se encontraban en la desembocadura del Guadalete y para otros en la del Guadalquivir. Hay historiadores que buscan desde hace tiempo la respuesta a si el legendario continente Atlántica tiene algo que ver con Tartesos. Algunos piensan que los tartesos eran supervivientes de la Atlántida, razón por la cual los tartesos eran tan ricos y mucho más avanzado que los otros pueblos. |
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